Los primeros años.

Hace un tiempo considerable, esta pequeña familia tomó la decisión de iniciar una modesta explotación de lombrices en la pintoresca localidad de Valtierra, ubicada en la región de Navarra. Esta fecha marcó el inicio de un viaje emprendedor que cambiaría sus vidas y contribuiría al desarrollo de su comunidad.

La elección de trabajar con lombrices no fue fortuita; reconocieron el potencial ambiental y económico de estos pequeños invertebrados. Las lombrices, conocidas por su capacidad para descomponer materia orgánica, ofrecen beneficios significativos en la producción de abono orgánico, contribuyendo así a prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

La localidad de Valtierra, impregnada de una rica tradición agrícola, proporcionó el escenario ideal para la iniciativa de esta familia. Su pequeña explotación no solo representó un proyecto comercial, sino también un compromiso con la preservación del entorno local y la promoción de prácticas agrícolas que fomentan la salud del suelo y la biodiversidad.

Con el tiempo, la explotación de lombrices LVA fue dando sus pasos, consolidándose en el entorno rural de esta zona de Navarra. Su historia resalta la importancia de la visión, la perseverancia y la innovación en la construcción de iniciativas empresariales con impacto positivo en la comunidad y el medio ambiente.